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Los ochenta de Superman

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Los ochenta de Superman

Una de las creaciones ficticias más trascendentales del mundo celebra este mes su cumpleaños, lo festejamos repasando cinco emblemáticos cómics de distintas épocas

Corría Abril de 1938 cuando la editorial norteamericana Detective Comics Inc. lanzaba a los puestos de venta de diarios y revistas el número uno de “Action Comics” -con fecha de portada Junio-, publicación que pasaría a la historia por presentar a Superman, personaje que encabezaría el surgimiento los comics-books de superhéroes, subgénero que fue la punta de lanza de una industria editorial que en las décadas venideras llegaría a obtener influencia comercial y cultural a nivel mundial.

La historia original de Superman relata que nació con el nombre de Kal-El en el lejano planeta Kryptón; su padre, el científico Jor-El, y su madre Lara Lor-Van, lo enviaron en una nave espacial con destino a la Tierra cuando era un niño, momentos antes de la destrucción de su planeta. Fue descubierto y adoptado por Jonathan y Martha Kent, una pareja de granjeros oriunda de Smallville, ficticia localidad situada en el estado de Kansas, que lo criaron con el nombre de Clark Kent y le inculcaron un estricto código moral. El joven comenzó a demostrar habilidades superhumanas, producto de su herencia extraterrestre, las mismas que al llegar a su madurez decidiría utilizar para el beneficio de la humanidad, ayudando a quienes lo necesiten. Estableciéndose en la populosa Metrópolis y trabajando como periodista en el Daily Planet, estaría en contacto con los problemas del mundo que resolvería bajo su identidad más conocida.

Sus creadores eran dos jóvenes hijos de inmigrantes judíos, Jerry Siegel, guionista, y Joe Shuster, dibujante, que con veintipico de años idearon al hombre de acero como una especie de Gólem moderno, abrevando también en la tradición mitológica heroica. Estos artistas difícilmente llegarían a suponer lo que su obra pondría en juego con el transcurso del tiempo. Ocho décadas después, aquí estamos, refiriéndonos a ese eterno boy scout, tan amado por algunos como odiado por otros. Difícil de escribir, sí, pero también protagonista de muchos y muy buenos relatos. Lo que sigue es un acotado y subjetivo repaso por los cinco que, personalmente, encuentro más interesantes, con su correspondiente justificación. Cómics pertenecientes a diferentes momentos de la continuidad oficial del personaje, en orden cronológico de aparición.

 

For the Man Who Has Everithing (1985)

Clásica historia autoconclusiva pre-Crisis On Infinite Earths de cuarenta páginas publicada en Superman Annual 11, que lleva las firmas de dos grandes creadores ingleses, Alan Moore, en guión, y Dave Gibbons, en dibujos.

Coincide con el tramo final del personaje en la antigua continuidad, que por aquel entonces estaba próxima al borrón y cuenta que la editorial operaría a través de la emblemática maxiserie de doce números escrita por Marv Wolfman y dibujada por George Pérez. El relato cuenta con el bonus track de reintroducir a un personaje creado en 1980 por Len Wein y Jim Starlin, el tirano intergaláctico Mongul, que cobraría mayor relieve una década después al ser el autor intelectual de la destrucción de Coast City. En 2004 esta trama sería adaptada en un lindo capítulo de la gran serie animada Justice League Unlimited.

Es el cumpleaños de Kal El, por lo que Batman, Robin -Jason Todd- y Wonder Woman llegan a la Fortaleza de la Soledad para saludarlo; el problema es que lo encuentran sumido en un profundo coma, de pie pero inmóvil, con una  especie de planta extraterrestre fuertemente adherida a su pecho. La ‘Misericordia Negra’ mantiene a Superman en este estado, mientras se alimenta de su Bio-Aura, proporcionándole, a cambio, la ilusión realista de una vida en Kryptón, feliz solo en apariencia. Pronto descubren que el presente es obra de Mongul, un conquistador intergaláctico que quiere acabar con el superhéroe. ¿Pero qué pueden hacer sus tres amigos, en clara desventaja física contra el tirano, para impedirlo? Un guión redondo, con grandes hallazgos creativos, muy eficazmente complementado en la faz gráfica. Contundente obra.

Man Of Steel (1986)

De las varias ‘actualizaciones’ modernas que andan dando vueltas acerca del origen del primer superhéroe de la historia, que convivieron hasta no hace mucho en la misma continuidad, incluso -no pregunten-, ninguna ha logrado gravitar sobre el mito como esta miniserie de seis partes escrita y dibujada por el anglocanadiense John Byrne -con tintas de Dick Giordano-, en su primera estancia en DC Comics.

Su importancia es capital en tanto y en cuanto logró mantener la esencia del personaje a la vez que aggiornarlo a la época, dinamizando su entorno de acción, reinventando con buen criterio a sus personajes secundarios -aliados, enemigos-, y dándole a su alter ego terrestre una carnadura humana que nunca había tenido. Esto dio pié a un gran momento creativo, que se prolongó en años posteriores a su partida de la mano de otros autores.

El primer número se enfoca en Clark Kent y sus padres, sus años en Smallville, finalizando con la decisión de tomar una nueva identidad para ayudar al mundo, tras conocer el secreto de su procedencia. Para el segundo, Lois Lane es la protagonista, mientras Superman comienza a afianzarse en Metrópolis y Clark ingresa a trabajar en el Daily Planet. La tercera entrega define la relación con Batman, planteando las obvias diferencias entre ambos paladines. Para el cuarto episodio tenemos a Lex Luthor, acaso uno de los mayores aportes del creador integral a la nueva continuidad, puesto que su redefinición es notable. El quinto presenta a Bizarro y Lucy Lane, mientras que el final de la miniserie retoma el legado kryptoniano del personaje, además de indagar en Lana Lang, primer interés romántico del protagonista. Fundamental.

 Superman Doomsday – Hunter/Prey (1994)

Estos tres prestiges escritos y dibujados por un inspirado Dan Jurgens, con tintas del gran Breet Breeding, significarían el acto final de una suerte de trilogía implícita, iniciada en 1992 con la floja, controversial, The Death Of Superman, seguida por un volumen más extenso pero mejor manejado, titulado Reign Of The Supermen, un año después. Igualmente, cabe destacar que puede leerse independientemente sin mayores inconvenientes.

Muerte, resurrección y, obvio, revancha. De eso se trata esta muy buena historia, que tiene el plus de darle un interesante origen al sanguinario monstruo extraterrestre cuya sed de destrucción parecía no tener razón de ser hasta este momento, además de mostrar en un subplot muy bien trabajado una faceta algo más humana para el azuloso; por primera vez en mucho tiempo, nuestro héroe tiene miedo.

Tras ser atado a un trozo de roca puesto en órbita por el temible Cyborg, Doomsday colisiona en el espacio con una nave de carga comercial cuyo destino final no es otro que Apókolips. Ahora la bestia pasa a ser problema de Darkseid y sus esbirros, que poco o nada pueden hacer contra su incontenible ira desatada. Mientras tanto, el hombre de acero, acosado en sueños por su verdugo, decide tomar cartas en el asunto, por lo que recurre a un reticente Waverider en busca de ayuda para determinar el paradero actual del villano. Paralelamente, sendos flashbacks evidencian cómo, mediante experimentos científicos realizados por kryptonianos en un lejano planeta, nació la maléfica criatura destructora de mundos. El violento round final entre ambos colosos presenta un desenlace inteligente, a la altura, que evidencia también la astucia resolutiva de Kal El.     

 Wat’s so funny ‘bout truth, justice and the American way? (2001)

El guionista norteamericano Joe Kelly se propuso escribir el número 775 de Action Comics como una respuesta a lo que entonces parecía ser el nuevo paradigma de moda en el subgénero superheroico, antihéroes superpoderosos y violentos por naturaleza, léase las nuevas ‘invasiones inglesas’, con Warren Ellis The Authority- a la cabeza.

Y lo cierto es que no le salió nada mal. Colaboraron con él en el apartado artístico Doug Mahnke, Lee Bermejo y Tom Nguyen, que ayudaron a redondear un bonito autoconclusivo que funciona como proclama al respecto de los valores que encarna el hombre del mañana. Tan bien anduvo la cosa que la trama fue adaptada a un film animado titulado Superman vs. The Elite (2012). El grupo, por su parte, volvería a aparecer en la lograda maxiserie JLA Elite (2004-2005), por el mismo equipo creativo.

El telépata Manchester Black es el líder de un grupo de metahumanos integrado por Coldcast, afroamericano capaz de generar y absorver, también, diversas formas de energía, Menagerie, una mujer portorriqueña unida a una entidad xenomorfa alienígena, y un misterioso mago conocido como El Sombrero. Todos a bordo de una gran nave de origen extraterrestre con una actitud proactiva, extirpar el mal de raíz, tomando las vidas de quienes ellos consideren un peligro para la humanidad. Obvio que este temerario curso de acción los enfrenta directamente con Superman, quien deberá resolver cómo imponerse frente a semejante nivel de poder. Igualmente, el mayor logro del guión es la forma en que el héroe se cuestiona sobre el lugar que sus propios valores tienen en el mundo actual. El resultado final es, por muchos motivos, memorable.          

 For tomorrow (2004-2005)

Después de romperla en materia de ventas acompañando a Jeph Loeb en el extenso arco argumental -algo pochoclero pero con muchos buenos momentos-, titulado Hush, publicado en Batman entre 2002 y 2003, el dibujante Jim Lee quiso repetir la experiencia con el primer superhéroe.

Para ello se dio el lujo de convocar a Brian Azzarello, quien tomó bajo su responsabilidad el guión, de doce partes también, que vio la luz entre los números 204 y 215 del título Superman, con tintas de Scott Williams. El balance no es nada desdeñable, si consideramos que la obra fue concebida como un capricho de la estrella coreana. Pese a algunos fallos intrínsecos en lo que respecta a su extensión, aún considerando los morosos parámetros narrativos actuales, o ciertos personajes y situaciones que poco o nada suman al relato, este no defrauda en absoluto.

En Metrópolis el padre Leone atraviesa una particular crisis de fé, justo cuando el último hijo de Kryptón irrumpe en su iglesia para confesarse. A la pesada carga que para él supone no haber podido impedir, un año atrás, la desaparición de una parte importante de la población del planeta, se agrega el dolor personal de saber que entre los ausentes se encuentra su esposa, Lois Lane. A medida que el vínculo dialéctico entre ambos se afianza, entra en juego un segundo escenario con sus propios actores, una cruenta guerra entre dos países del continente africano, en la que su participación fue cuestionada. El abordaje propuesto suma capas de complejidad conforme se desarrolla la trama, dando un original tratamiento a tópicos inherentes al personaje y su herencia, muy pocas veces transitados con semejante nivel de profundidad. Un clásico moderno.           

#Culturanerd - Periodismo de corte fantástico

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