Cómics
Cuando acecha la maldad: reseña de Heridas Abiertas Vol. 3
Heridas Abiertas Vol. 3, antología de terror y misterio editada por Pi Ediciones, reúne seis relatos oscuros con guionistas e ilustradores argentinos.
Tercera entrega de este proyecto colaborativo de Pi Ediciones, antología enrolada de lleno en los géneros de terror y misterio, cuyo primer libro vio la luz hacia 2021, y el segundo en 2023 (ambos, reseñados oportunamente en nuestro portal), nucleando a un nutrido grupo de autores noveles. Bajo el sugerente subtítulo ‘Demonios’ y con arte de portada a cargo de Aldana Goitea y Darío Reyes, más ilustraciones originales a modo de separadores realizadas nada menos que por Carlos Dearmas, Heridas Abiertas: Vol. 3 comenzó a distribuirse en el circuito de comiquerías nacionales en Julio pasado, presentando seis nuevos unitarios orientados a un público lector adulto, de extensión entre breve y mediana, a cargo de distintos equipos creativos, totalizando 68 páginas, impresas a B/N y gris, formato 23×17 cms.
ATERRADOS
Con una estructura dividida en tres partes, a razón de dos autoconclusivos por cada una, rompe el hielo ‘Heridas’, colaboración de doce páginas entre el guionista Guido Barsi y la artista Florencia Verrelli. El relato está protagonizado por Andrea, joven mujer viuda que, en su propio departamento, es coaccionada por el fantasma de Damián, su expareja, para cometer un asesinato. La idea es buena, aunque con una menor extensión podría haber resultado más lograda. El dibujo, de influencia manga, acompaña eficazmente, con un notable uso de los grises y cierto efecto de trama pixelada para los momentos sobrenaturales. Cierra ‘Humo Negro’, redondo autoconclusivo de diez páginas firmado por Manuel Müller en textos y Rodrigo Luján en lápices, que gira en torno al rapto de una niña por parte de una secta diabólica, con la intención de sacrificarla. Historia bien llevada que ofrece acertados giros, complementada por un trazo cargado de detalles en materia de fondos, muy climático.
El segundo segmento es, también el más logrado del libro, explorando un costado del terror muy transitado en el medio audiovisual, aquel que deriva de su mixtura con la ciencia ficción.‘El fin de los tiempos’, reúne a Barsi con Locomotion Gonzáles en una trama que juega con un topico clásico, aquel de la nave espacial que transporta a un grupo de humanos y se topa con un imprevisto durante la travesía, pero lo resuelve de buen modo. La faz gráfica es, en todo momento, sólida, con buena narrativa. Sigue ‘Proyección’, contundente argumento de seis páginas escrito por Martín Renard, con impecables ilustraciones de Tomás Aira, narrando el enfrentamiento de un hombre con un sádico e impredecible enemigo, capaz de mutar una y otra vez, en el interior de un edificio. El apartado artístico es tan sólido como imaginativo, a la hora de la acción.
La tercera parte se ubica entre lo menos logrado de la antología, lamentablemente. ‘El tiempo del padre’ cuenta con guion de Leonardo Cocchi y dibujos de Juan Pablo Alloa Cassale. Trabajo de once páginas que parte de un buen planteo, introduciendo una paradoja temporal entre gauchesca y fantástica, no muy bien desarrollada. A alguna complicación en el manejo de la voz en off y la del protagonista, que se mezclan inexplicablemente en el inicio, se agregan unos diálogos no muy convincentes. El apartado artístico no está mal, aunque resulta algo estático a la hora de plasmar las secuencias de acción. Cierra ‘Algo flota en el agua’, nueve páginas que cuentan con textos de Barsi y lápices de Vicho Mugroso. Típica estudiantina en la que un grupo de cinco jóvenes, entre chicas y muchachos, deciden pasar un fin de semana en una casa de campo, donde las cosas se saldrán de control. Muchos lugares comunes y un final que es más efectista que efectivo. Se puede rescatar el dibujo, estilo manga, que equilibra las instancias mundanas con aquel otro costado, más macabro, de la historia.
LA NIEBLA
Quien esto escribe, a contramano de la mayoría, cree firmemente en la antología temática como formato de difusión válido para nuestra historieta. Ni hablar si eso también significa la posibilidad de publicar para creadores que dan sus primeros pasos en el medio, como en este caso. Ahora bien, para que eso funcione adecuadamente, se torna necesario una buena selección de material por parte de los editores. Extraña, entonces, que de aquella amplia convocatoria inicial donde la premisa era abrir el juego a nuevos talentos (más otros aportes de consagrados), de la cual salieron apellidos hoy destacados en la escena nacional, en este tercer volumen estemos frente a una presentación de contenidos que parecen ‘de relleno’, descuidada incluso en lo formal (hay serios errores de rotulado en dos unitarios, que dificultan su lectura).
Ojalá exista un cuarto volumen de Heridas Abiertas, donde se mejore la puntería y los criterios editoriales a la hora de elegir quienes serán de la partida. Ya sea mediante la incorporación de más guionistas, volviendo a abrir una convocatoria nacional, o mechando aportes de artistas con experiencia, si el material del que se dispone no está a la altura de una publicación profesional. Opciones sobran. Desde este espacio, estaremos cruzando los dedos para que eso suceda, ya que la propuesta en sí misma, es digna de acompañamiento.
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