Misterios sobrenaturales argentos

A esta altura del partido, la labor de rescate editorial de diversas obras que ha venido desarrollando en el medio el sello comandado por César Libardi es digna de mención. En lo que va de este pandémico año, sin ir más lejos, llevó al papel las virtuales creaciones de Quique Alcatena como autor integral para Tótem Cómics en el volumen El Hombre Tótem y otros Héroes Extraordinarios, y trajo de vuelta a Los Hermanos Segelin, trabajo noventoso de Roberto Barreiro y Lucas Varela, en su propio integral, que incluye el estreno del ansiado capítulo final, dibujado para la ocasión por Nacho Yunis. Homenaje superheroico, de un lado, y aventura en clave de comedia, por otro.

No conforme con estas dos novedades, hace escasos meses la editorial rosarina  lanzó al mercado un trabajo que había tenido publicación parcial años atrás, tanto en el país (Mitomante-Oráculo Ediciones-Líder Negativo) como en latinoamérica (PanicoPress), que adquiere ahora su edición definitiva. Spectro S.A. lleva las firmas de Diego Arandojo (Buenos Aires, 1978) y Luis Santamarina (Córdoba, 1983) en guiones, con Alfredo Retamar (Villaguay, 1983) haciéndose cargo de los dibujos. Además del corpus principal, estructurado en cuatro partes, se incluye un extra que originalmente había salido como fanzine promocional, ilustrado por J.C. Thomas. Con todo, el libro impreso en formato comic-book a B/N y grises, alcanza un total de 120 páginas, que además de  incluir una nueva portada, recupera las anteriores.

Oscuros objetos de poder

La historia transcurre en una Buenos Aires contemporánea, presentando a dos hermanos de mediana edad, presumiblemente pertenecientes a la clase media nacional, que van a repartirse el protagonismo de estos cuatro capítulos de 22 páginas. La curiosa Merlina, afecta a las temáticas referidas al mundo paranormal, da con una oferta imperdible en la web, arrastrando al despreocupado y conspiranoico Ismael en el camino. Como suele suceder, lo barato sale caro, razón por la que el ‘Pack místico 100% real’ que la joven termina adquiriendo por un costo irrisorio, comprándoselo al anciano Juan, traerá una catarata de problemas a cuestas. Sin ir más lejos, el dueño anterior de aquellas reliquias, un jubilado llamado Aarón, muere poco después de haber decidido desprenderse de ellas.

Los objetos fueron reunidos por un antiguo grupo de personas abocadas a la investigación científica del mundo sobrenatural, cuyos integrantes actualmente están retirados debido a su elevada edad. Entre lo más importante del inventario se encuentran dos manos momificadas unidas por un juego de esposas, que habrían pertenecido al general Juan Domingo Perón (sic), el célebre bastón de mando de los Comechingones, unas psicografías inéditas de Benjamín Solari Parravicini y la parlanchina calavera de cristal de la entidad Kalastur. Obviamente, cada uno de estos ítems tiene su propia y particular historia, que se irá convirtiendo por obra y gracia del guión en disparador de las aventuras por venir, a medida que las distintas subtramas se enlacen entre sí.

La mayor amenaza a enfrentar es un malévolo ser de otro plano cósmico que busca llegar a nuestra realidad. Ix Ter Ni, tal su nombre, adquiere la energía necesaria para materializarse entre nosotros, paralelamente a los jóvenes experiencia en el medio. La iniciación en el medio incluirá, eventualmente, a una secreta agencia gubernamental nacional dirigida por el misterioso Hombre Gris, cuya intervención aclarará un poco el panorama sobre los peligros venideros. Asimismo, los antiguos ocultistas responsables del poderoso pack místico, con el decidido tuerto Haroldo Bellido a la cabeza, darán una invaluable mano a los hermanos en el gran enfrentamiento del último acto. Sobre el final, quedará oficialmente inaugurada -en una vieja estación de servicios-, la agencia paranormal Spectro S.A.

El episodio extra transcurre en el impenetrable chaqueño, donde tiene lugar el primer encargo oficial de esta atípica pyme. En una humilde comunidad, un grupo familiar integrado por un muchacho y su enferma -poseída- abuela, viene repitiendo un ciclo inacabable de miserias varias, desde hace décadas. No sin ciertas complicaciones, y con la inestimable ayuda de la entidad indígena K’ Ata, Merlina e Isma lograrán encontrarle la vuelta al asunto. De este modo, se allana el camino para futuros casos por resolver. Después de todo, y atendiendo a la promesa de la última página del libro, ellos regresarán.   

Final Caja Negra

A modo de referencia, en su momento el equipo creativo había concebido la miniserie como una particular versión autóctona de The Ghostbusters, los recordados ‘Cazafantasmas’. Esta apreciación puede llegar a advertir al lector sobre el tono pretendido, con importantes cuotas de misterio y aventura fantástica en cada tramo, pero partiendo de un desarrollo más bien lineal, asociado a enfoque relajado y costumbrista, lo que se aprecia fundamentalmente en la caracterización de los personajes, sus interacciones y diálogos.

Lo extraño, entonces, termina irrumpiendo en el ámbito cotidiano naturalmente, sin mayores sobresaltos ni tensiones internas. Como un elemento argumental más de los que conforman el relato.

Con respecto a la faz gráfica, cabe destacar la muy buena tarea desarrollada por Alfredo Retamar. Sus trazos se encuentran enrolados en un registro de corte realista y hasta algo clásico, pero al mismo tiempo, terminan expresando una impronta novedosa, debido a la simpleza de sus líneas constitutivas, con un grado de detalle tan justo como preciso. Su puesta en página, asimismo, expresa dinamismo y fluidez. Finalmente, el buen uso de las tramas mecánicas con punteado de grises para diversos fines, desde el sombreado a la profundidad, se convierte en otro elemento característico del dibujo. El aporte de J.C. Thomas en el breve extra incluido a modo de cierre, no desentona para nada con lo hecho por el lapicista titular.

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