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Sex Education: con mis series no te metas
Netflix estrenó una nueva comedia y al Doc le faltó tiempo para verla de un tirón y escribir estas pocas pero entusiastas palabras de recomendación.
Debo confesar que tengo debilidad por las comedias inglesas. Desde The It Crowd (2006 – 2013) hasta Lovesik (2014 – 2018), las sitcoms británicas me pueden. Agreguen un par de nombres interesantes como Gillian Anderson (X-Files) y Asa Butterfield (El juego de Ender), pásenla por Netflix y habrán conquistado mi corazón. Pero a pesar de esa evidente parcialidad, tómenme e serio cuando les digo que Sex Education es una comedia dramática que deberían ver.
WE DON’T NEED NO EDUCATION
El protagonista principal de la historia es Otis Milburn (Asa Butterfield), un adolescente que debe lidiar con todos los dramas propios de su edad, más el contrapeso que representa la personalidad y profesión de su madre. Es que la Doctora Jean F. Milbur (Gillian Anderson) es una bella terapista sexual divorciada, cuyo desfile incesante de conquistas de una noche tiende a confundir la habitación de Otis con el baño y a Jean con una pareja estable. Dos errores muy graves.
Otis no es precisamente popular en la escuela. Ni siquiera una marginada como Maeve Wiley (Emma Mackey), más conocida como «muerde penes» le presta la menor atención… aunque él no pueda sacarle los ojos de encima. Pero eso cambia cuando la chica descubre el potencial de Otis como consejero en cuestiones de sexo y juntos inician un lucrativo negocio ayudando al resto del alumnado con sus problemas íntimos. La creciente cercanía entre ambos acaba por provocar los celos de Eric Effiong (Ncuti Gatwa), el mejor amigo de Otis, un muchacho afroamericano y gay que no ha salido del closet ante su extremadamente religiosa familia.
Si parece que les estoy contando el argumento de una de las miles de películas protagonizadas por escolares que Hollywood supo producir en serie algunas décadas atrás es porque me estoy metiendo con ustedes. Es que la serie toma los ingredientes básicos de cualquier historia que tenga su epicentro en un colegio secundario, pero los baraja de una forma lo suficientemente creativa como para demostrar que cuando se quiere, se pueden romper los moldes. Nadie en esta serie es exactamente lo que parece y encontraremos una refrescante falta de uniformidad en todos los personajes. Nadie es plano, nadie tiene una única faceta. Nadie es completamente «malo» ni completamente «bueno». Y esta tan humana multiplicidad de facetas de los personajes le permite al guión meterse con temas actuales y salir bien parado. La Homosexualidad, el bulling, el slutshaming (atacar a una chica por tener fama de «fácil»), el abandono, la presión que padres y directivos ejercen sobre los atletas… incluso el aborto son temas que se ponen sobre la mesa y sin falsos pudores ni sentimentalismos baratos se tratan con una naturalidad que ya quisieran otras obras supuestamente «mas serias» (sí, le estoy hablando a usted, segunda temporada de 13 Razones).
EASY COMES, EASY GOES
En definitiva, Sex Education no es tanto acerca del sexo, sino acerca de las relaciones humanas, de las cuales el sexo es muchas veces el eje en una u otra forma. Centrada en una etapa particularmente conflictiva como es la adolescencia y narrada en un tono de comedia, no deja de ponerse seria cuando es preciso, pero sin llegar nunca al melodrama. Una serie divertida e interesante, digna de una maratón. Yo me terminé sus ocho episodios de poco menos de una hora, en un par de días. Tuvo muy buena recepción entre la crítica y el público, por lo que esperemos ver una segunda temporada pronto.
