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Daredevil Temporada 3: Long Live the Kingpin
Se estrenó la esperadísima tercera entrega de la que sin lugar a dudas es la mejor de las series de superhéroes disponibles en Netflix. Tanto placer no cabe en tan pocas palabras, pero haremos nuestro mejor intento.
Que el romance entre Marvel y Netflix toca a su fin, a esas alturas no es ninguna novedad. Desde que La Casa de las Ideas se convirtió en propiedad de Disney, se sabía que la empresa del ratón iba a llevar todo su material a su propia plataforma de streaming. Las primeras bajas fueron Luke Cage (2016 – 2018) y Iron Fist (2017 – 2018), lo que no deja de ser una pena, ya que si bien ambas series no comenzaron con demasiado buen tino (sobre todo la que tuvo a Finn Jones como protagonista) en su segunda entrega mejoraron mucho y tuvieron un final que sugería un futuro más que interesante. Sin embargo, según reveló la empresa especializada en métricas de datos en línea Jumpshot, las dos perdieron alrededor de 2/3 de su audiencia, lo que sumado a lo dicho anteriormente, precipitó su caída en desgracia.
Esta noticia generó en el público el temor de que las «hermanas mayores» (DareDevil, Jessica Jones e incluso Punisher) sufrieran el mismo destino. Temor que afortunadamente ha resultado ser infundado, al menos en lo que al Hombre sin Miedo se refiere.
EL REY NO HA MUERTO. VIVA EL REY.
La tercera temporada de DareDevil retoma la trama donde la había dejado The Defenders: con Matt Murdock (Charlie Cox) presuntamente muerto y Wilson Fisk (Vincent D’Onofrio) en prisión. Sin embargo, ninguno de los dos permanecerá en ese estado por demasiado tiempo. Matt se las arregló para sobrevivir a la destrucción del Círculo de Midland y se refugia en el orfanato que lo vio crecer, ocultándose de amigos y enemigos mientras se recupera física y moralmente. Por su parte, Kingpin negocia con el FBI mejoras en las condiciones de su encarcelamiento a cambio de información, lo que lo llevará lenta pero inexorablemente a recuperar su posición como uno de los hombres más poderosos de la ciudad. Héroe y villano, ambos están de regreso y ambos son conscientes de que no podrán sobrevivir sin acabar con el otro.
La serie trabaja muy bien el cambio ético del personaje principal, cuya armadura moral se ve resquebrajada por las experiencias vividas, particularmente la desaparición de Elektra Natchios (Elodie Yung), arrastrándolo hacia «el lado oscuro». Por el lado de su eterno oponente, el eje de la mayoría de sus (viles) actos es el obsesivo amor que siente por Vanesa Marianna (Ayelet Zurer). En esta temporada, Daredevil y Kingpin son dos caras de una misma y oscura moneda, dos enemigos impulsados por el mismo motor: el desesperado amor hacia una mujer y el deseo de vengar las pérdidas sufridas.
Los personajes secundarios, que no han parado de crecer con cada temporada, continúan desarrollándose en esta tercera entrega. Tendremos casi todo un capítulo dedicado a ahondar en el pasado de Karen Page (Deborah Ann Woll), la cantidad justa de apariciones de Foggy Nelson (Elden Henson), no siempre como alivio cómico, y un giro importante en la manera de presentar a Vanesa. De las incorporaciones, hay dos que tienen especial relevancia. Jay Ali interpreta a Rahul «Ray» Nadeem, el Agente Especial del FBI encargado de manejar el trato con Fisk. Ray afronta graves problemas económicos ya que se hizo cargo del tratamiento de cáncer de su cuñada y tiene esposa y un hijo pequeño, todo lo cual lo pone en una situación de debilidad ante Kingpin. Nadeem se debate entre su sentido del deber y la necesidad de mantener y proteger a su familia, y al televidente le costará poco empatizar con él, aun cuando pueda cometer errores. Wilson Bethel, por su parte, es Benjamín «Dex» Poindexter, compañero y amigo de Ray cuya auténtica personalidad solo se revelará con el devenir de los episodios… aunque no cuenta como spoiler si menciono el nombre «bullseye».
MAS DE LO MISMO
El subtítulo de esta parte de la nota es intencionalmente engañoso. La frase suele usarse para indicar falta de originalidad, pero en este caso, lo que quiero decir es que la tercera entrega de Daredevil mantiene la calidad a la que nos tiene acostumbrados. Una vez más, la sola presencia de Wilson Fisk se devora la pantalla. A esta altura del partido es casi redundante seguir alabando el trabajo de D’Onofrio, pero sería injusto no hacerlo. Lo mismo ocurre con el protagonista principal, al que cada vez se lo ve más cómodo en su papel, y hay que decir que el resto del elenco no le va en zaga.
El argumento tiene un balance correcto entre historia principal e historias secundarias y la génesis del futuro nuevo villano está muy bien manejada, e incluye un guiño a los conocedores con la mención del Dr. Oyama, personaje cuya primera aparición data de 1983 en el número 196 de Daredevil. Los experimentos de este médico con el adamantium llevaron a la creación del proyecto Arma X. Como dicho material (junto con todo lo relacionado a los X-Men) todavía está legalmente en manos de Fox, en la serie se le cambia el nombre por «Acero Cogmiun», pero de todos modos comprendemos lo que está ocurriendo.
La acción no decae en ningún momento, la infaltable «escena de pasillo» en la que nuestro héroe se enfrenta a múltiples agresores se hace presente para ponernos una vez más al borde del asiento y el enfrentamiento final es, para definirlo en una sola palabra, épico.
En resumen, Daredevil fue la primera y para mi gusto la mejor de las series gestadas por Marvel/Netflix y esta tercera temporada no hace sino reafirmar esa creencia. Imposible no verla. Imposible no amarla.
