A.K.A: Jessica Jones

Ha pasado un año desde que Jessica Jones (Krysten Ritter) colgase el traje de superheroína y abriese su agencia de detectives Alias Investigations. Un año desde que el supervillano Kilgrave (David Tennant) la hiciera objeto de su dominio mental, obligándola a hacer «cosas terribles». Un año desde que abandonara la compañía de su hermana adoptiva, la famosa presentadora y ex estrella juvenil Trish «Patsy» Walker (Rachael Taylor) para mudarse a un mugroso y desordenado departamento en Hell’s Kitchen, el barrio más pobre de Nueva York. Un año desde que se convirtiera en alcohólica.

Eso es, poco más o menos, lo que sabremos al ver el primer episodio de la nueva serie de Marvel que Netflix puso a disposición de sus suscriptores este mes. Eso y que Kilgrave está de regreso, y Jessica deberá tomar una decisión: huir del hombre que arruinó su vida y la de muchas otras personas, o quedarse e impedir que arruine muchas mas.

UNA VIDA DE MALA MUERTE

Jessica Jones es una serie oscura, porque oscura es su protagonista. Una adolescente que perdió a su familia y fue dada en adopción a una inescrupulosa productora que solo la veía como una buena movida publicitaria para impulsar la carrera actoral de su hija. Una joven que descubrió que el mismo accidente en el que sus padres y su hermano murieron le otorgó superfuerza y la capacidad de volar (o más bien saltar bien alto y «caer con estilo», como diría Woody). Una mujer que cuando intentó «hacer la diferencia» tuvo la mala suerte de caer en manos de un villano con el poder de dominar la mente humana y obligar a cualquier persona a hacer lo que él quiere. Kilgrave se obsesionó con Jessica, la convirtió en su esclava y aunque ella logró huir de su influjo, no recuperó su vida. No más heroísmo, no más salvar al mundo una persona a la vez, solo mantener la cabeza baja y tratar de no pensar. Y beber bourbon barato y perseguir a conyugues infieles y sacar por la ventana algún cliente recalcitrante de vez en cuando.

Pero si Jessica le debe a Kilgrave su descenso a los infiernos, también le debe la oportunidad de redimirse. Porque el villano está de regreso y viene a reclamar lo que él cree que es suyo. Y de repente, todos alrededor de Jessica están en peligro.

EL NIÑO YO NO FUI

Y hablando del malo de la historia…

Kilgrave es un psicópata de manual: no siente ni un asomo de culpa por las vidas que destruye a su paso y usa su infancia (de la que no hablaré para no spoilear) como una excusa para su aberrante comportamiento. Ya sería malo si no tuviese, además, ese poder que le permite convertir a cualquiera en su esclavo. Casi parece sincero cuando dice que él «nunca mató a nadie», obviando el hecho de que no necesitó hacerlo porque siempre les ordena a los demás que maten por él.

El personaje no entra en escena hasta el final del segundo episodio (AKA Síndrome de aplastamiento) y no lo vemos directamente hasta el tercero (AKA Con Whisky), pero en ningún momento me resultó tan temible como cuando aún no se mostraba. En el primer capítulo (AKA Noche de chicas) cuando Jessica entra al hotel en el que Kilgrave ha tenido prisionera a Hope Shlottman (Erin Moriarty) y la encuentra en la cama mirando fijamente el reloj, se sucede el siguiente diálogo:

Jessica: ¿Hace cuánto se fue?
Hope: cinco horas y veintiún minutos.
[…]
Jessica: Ven, vamos.
Hope: No puedo.
Jessica: Te dijo que no te movieras…
Hope: Mojé la cama.

Por alguna razón, el saber que Kilgrave era capaz de ordenarle a esa chica «no te muevas» sabiendo perfectamente lo que eso significaría para ella, me impactó más que todas las demás cosas que le hizo. Podría haberle dicho «no salgas de la habitación», «no huyas», «no pidas ayuda» o miles de cosas más, pero eso implicaría un mínimo de empatía, un resabio de conciencia y ese no es el estilo de Kilgrave. «No te muevas» es más práctico, más sádico… más Kilgrave.

Igualmente, el personaje de David Tennant no es un supervillano al uso. No le interesa conquistar el mundo, solo le interesa controlar «su» mundo. A su manera, mantiene un perfil bajo y no toma riesgos innecesarios. Utiliza a las personas como peones para lograr sus fines, pero sus fines son limitados: vivir con comodidad, tener bellas esclavas sexuales y básicamente hacer lo que le dé la gana. En parte se debe a que sus poderes tienen limitaciones, pero en parte es puro instinto de supervivencia: Kilgrave no quiere llamar la atención de los tipos de los trajes brillantes, esos que podrían ser un auténtico y quizá definitivo escollo en su carrera. Sin embargo su obsesión con Jessica lo sacará de su zona de confort y lo llevará, un poco por venganza y un poco por una extraña y retorcida versión de lo que estirando el término más allá de todo límite podríamos denominar «amor», a asomar la cabeza por primera vez. Aún a riesgo de que se la rebanen.

ORBITA INESTABLE

Es sabido que todo superhéroe genera una especie de campo gravitacional que atrae a una serie de personajes secundarios que servirán a la vez de fieles compañeros del protagonista y potenciales víctimas para el malo de turno. Nuestra no-heroína no es la excepción. Ya mencionamos a su hermana adoptiva, quizá la persona más importante en la vida de Jessica. También tenemos a la abogada Jeri Hogarth (Carrie-Ann Moss), un auténtico tiburón, inescrupulosa, fría y calculadora. Su relación inicial con Jess es la de encargarle algunos trabajos menores, pero su importancia crecerá a medida que se desarrolle la trama. También es el primer personaje homosexual de cierta relevancia en aparecer en una serie de Marvel.

Luego está Malcom Ducasse (Eka Darville), un adicto que vive en el mismo edificio que Jessica y cuya influencia en la historia, al igual que la de Jeri, aumenta con el paso del tiempo. Y aquí quiero hacer un descargo: queridos guionistas, desintoxicar a una persona no es tan simple como encerrarla veinticuatro horas en un lugar en el que no tenga acceso a la sustancia. Si su historia requiere que un adicto deje de consumir, entonces hagan lo que los pocos escritores serios hacen: métanlo en Narcóticos Anónimos, que asista a sus reuniones, que reciba sus medallas y que se pase el resto de la serie luchando contra su enfermedad. Insistir en presentar estas curas mágicas es un insulto a los adictos y a la inteligencia de los televidentes.

Párrafo aparte merece el interés romántico de la protagonista: Luke Cage (Mike Colter). Este personaje, conocido en los comics como Power Man tendrá a partir de abril de 2016 su propia serie en Netflix, llamada precisamente Marvel’s Luke Cage. Se podría considerar su aparición en la serie como un largo cameo o una presentación de su propio show, pero su importancia en la trama es crucial, mucho más que la de cualquiera de los otros personajes secundarios mencionados. Y hablando de cameos…

AL VIEJO HOSPITAL DE SUPERHÉROES…

Ya dijimos que gran parte de la acción transcurre en el mismo barrio en el que vive y actúa el Hombre Sin Miedo, así que todos esperábamos que tarde o temprano hiciese su entrada cierto abogado ciego propenso a salir a patrullar la ciudad con un traje rojo. Después de todo, Kilgrave hizo su primera aparición en los comics como enemigo de Dare Devil, aunque aquí actúe como némesis de nuestra sufrida muchacha. Les adelanto que el leguleyo no acudirá a la cita, pero mandará en su lugar a una bella enfermera. Sí, Claire Temple (Rosario Dawson) hace una breve pero jugosa aparición, precisamente en el último episodio. No, no es spoiler si no revelo detalles de la trama… además, estoy comentando la serie ¿qué esperaban?

De todos modos, se dice que los protagonistas de las tres series de Marvel/Netfilix (Dare Devil, Jessica Jones y Luke Cage) participarían de una mini serie probablemente titulada Marvel’s The Defenders, que podría incluir a Iron Fist quién también tendría su propia serie (sí, son muchos verbos en condicional para un solo párrafo). También es posible que veamos más interacción entre estos personajes el año próximo, con el regreso a la pantalla del Matt Murdock.

FINAL DE JUEGO

En resumen, Jessica Jones es una gran serie, de los mejores estrenos de este año a mi entender (y vi veinte series nuevas, por lo que no es poco decir). Sigo prefiriendo a Dare Devil, pero es muy difícil empatar un producto tan bueno, así que el segundo puesto es más que honorable. Y David Tennant, lo siento, si no fuese por el Kingpin de Vincent Donofrio, podrías ocupar el primer lugar en mi panteón de Grandes Villanos. Otra vez será.

¿Y a ustedes? ¿Qué les pareció la serie?