Cómics
Invencible aterrizó en Argentina
El cómic de Image, que en Estados Unidos empezó a publicarse en 2003, arranca del número 1 en tomos de cuatro, de la mano de Ovni Press. Las impresiones.
Que la editorial argentina responsable de editar Marvel, Hellboy y Walking Dead (entre otros) haya decidido ampliar, precisamente, la franquicia de Image Cómics, resulta en sí mismo un hecho para celebrar. Desde hace años, la editorial que en su momento fundara Jim Lee dejó de ser un clon marveliano efectista, y hoy se presenta como una buena alternativa para aquellos artistas con proyectos interesantes y personales. Para muestra valen Ed Brubaker (Fatale), Mark Millar (Jupiter’s Legacy), Brian K. Vaughan (Saga), Grant Morrison (Numeless, de próxima aparición) y un largo etcétera.
En todo caso, la discusión pasaría por dilucidar si Invencible era la mejor opción para ampliar la estrecha oferta de Image en nuestro país, teniendo en cuenta que el título que le precedió fue Walking Dead. Parece ser todo un clásico que Ovni se incline por títulos livianos, juveniles, y vaya sobre seguro en cuanto a ventas respecta, hecho completamente lógico si revisamos la reciente historia editorial local.
Invencible es una creación conjunta del exitosísimo guionista Robert Kirkman y el buen ilustrador Cory Walker; en los Estados Unidos, a once años de su primera aparición, el título se sigue publicando y se perfila como un clásico moderno del género superheroico.
Lo mejor – y lo peor- que se me ocurre decir de Invencible es que aquí se hallan absolutamente todos los tópicos del género, su autor no reniega sino que se hace cargo de ellos, los atraviesa con desenfado y cae en un aspecto lúdico (cuando no naif) con el lector. Así es como prefiero definir a Invencible: a quién le quepa el sayo, que se lo ponga.
Esta es la historia de Mark Gryson, un joven de diecisiete años que va a la escuela, trabaja part-time en un Burguer King y un buen día descubre que tiene súper poderes, hecho por otro lado bastante trivial si tenemos en cuenta que es hijo de Omni-Man, el superhéroe más poderoso del mundo. Por supuesto, esto sólo lo sabe su círculo íntimo: para todos, es un popular escritor de novelas casado con una perfecta ama de casa.
Mark dará sus primeros pasos en el mundillo de los superhéroes, sostenido por la viga que es su padre, mandará a confeccionarse un traje adecuado (“algo icónico”, sugiere al modisto, a lo que éste responde “todos quieren trajes icónicos pero nadie sabe qué quiere decir eso”) y trabará amistad y colaboración con los Teen Team, un grupo de superhéroes adolescentes como él. De hecho, se sentirá fuertemente atraído por Atom Eve quien, a su vez, es compañera de curso en la escuela donde ambos estudian, y juntos deberán descubrir quién convierte a los estudiantes en hombres-bomba.
Diría que Invencible es una revisión del mito superheroico del siglo XX, expuesto aquí con una inequívoca estética para el siglo XXI. El guión de Kirkman es realmente entretenido y sus diálogos, sobre todo los que giran en torno a situaciones domésticas, frescos y divertidos. En cambio, otras situaciones me parecieron más bien forzadas (el porqué del nombre Invencible, por ejemplo, o las oscuras motivaciones del señor escondido tras los actos terroristas) cuando no hicieron ruido ideológico: ¿es posible que un alienígena, que viene en representación de una sociedad perfecta y verdaderamente utópica, haya caído justo en Estados Unidos y se haya enamorado del planeta Tierra por ser un “vibrante nido de individualidad”?
Así de excesiva es Invencible. No teme cargarse al hombro los clichés del género, pero a mi gusto sale airosa por resultar este aspecto un juego repleto de guiños entre escritor y lector. Párrafo aparte merece el tratamiento visual a cargo del ilustrador Cory Walker, bastante influenciado por la animación y con una narrativa de veras sólida.
En definitiva, este primer tomo de Invencible, titulado genéricamente “Asuntos Familiares” y que recopila los cuatro primeros números USA, es un prometedor puntapié inicial para quien, como yo, nunca tuvo contacto previo con el personaje.
Como siempre digo, la última palabra la tiene el lector.
