Cómics
No chamuyés
Análisis del tomo integral de Rabdomantes Ediciones sobre El Buche, por Javier J. Rovella
Entre 1995 y 1997, dentro de las páginas del mítico fanzine porteño Catzole, vio la luz este recordado personaje, íntegramente a cargo del talentoso Javier J. Rovella, quien actualmente es, además de historietista, animador y docente. La repercusión entre el público fue inmediata, al punto de continuar su andadura impresa por el prozine Atiza, un anual de Fantasía -clásica antología de Editorial Columba– y la revista Comiqueando. El grueso de este material se encontraba descatalogado desde entonces, hasta la edición de este tomo integral presentado el mes pasado por Rabdomantes Ediciones, que consta de 80 páginas, B/N, formato 24×17 cms. e incluye dos textos introductorios, uno del propio creador y otro de Julio Azamor, además de senda data contextual. Un rescate editorial necesario, que llega a exactas tres décadas de su debut.
NENE DE ANTES
Conocido en el ambiente criminal porteño con el apodo del título, Abelardo Flato es un hombre de escasa altura, física y moral, que no tiene reparo alguno en venderse como soplón al mejor postor. Si de información sobre asuntos turbios se trata, él es la persona a la que hay que acudir. Trabajando a ambos lados de la ley, su total pragmatismo, carácter hosco y aparente falta de escrúpulos, ocultan una oscura historia personal, que irá saliendo a la luz conforme los siete unitarios -de entre cuatro y catorce páginas de extensión-, se desarrollen. Suele trabajar solo, aunque, ocasionalmente, el ‘Punga’ ha sabido acompañarlo cuando algún que otro asunto requiere de fuerte presencia física, algo de lo que él carece, siendo frecuente motivo de burlas sobre su persona, incluso. Otros personajes secundarios son el Comisario, que suele utilizar sus servicios toda vez que las pistas policiales escasean, y un anónimo Detective, con quien parece tener un acuerdo de colaboración mutua.
El periplo inicia con ‘El Buche’, que gira en torno a Walter, matón de poca monta que acaba de quedarse con un vuelto perteneciente a los peligrosos Hermanos Crepa. Arrepentido, recurre al informante para ocultarse, sin sospechar que será traicionado. Bajo el título ‘Abuso’, llega una trama protagonizada por Maida, una violenta agente de la ley que investiga -con métodos poco ortodoxos-, un aparente abuso intrafamiliar por parte de un reconocido hombre de los medios. ‘Noticia’ narra dos historias en principio inconexas, la del empresario editorial Alfredo Branya -vinculado a un sucio negocio- y otra, centrada en dos personas que viven en la calle, un adolescente y su abuela.
En ‘Inmune’ se aborda el trágico final de un joven perseguido por la mafia, sobreviviente a dos atentados contra su vida, con una grave alteración de personalidad. ‘Yira’ se enfoca en un hombre recientemente abandonado por su pareja -sin motivo alguno-, que recurrirá a todos los medios necesarios para dar con ella. Sigue ‘Yeta’, donde un aviso del hospital psiquiátrico en el que reside la madre de Abel, desatará una serie de crueles infortunios, que complicarán su existencia. El final, algo abierto, llega con ‘Vudú’, donde la acción virará de lleno hacia el terror macabro, con una venganza impensada que lo hará enfrentar sus propios fantasmas, poniendo en riesgo su vida.
¿QUÉ PASA EN EL BARRIO?
Argumentalmente, lo primero que hay que destacar es que las ideas detrás de cada uno de los capítulos resultan sólidas y están bien ejecutadas, aprovechando sobradamente las distintas extensiones. Historias cortas que funcionan, de un nivel parejo. Esa brevedad característica va asociada a una contundencia estilística ya manifiesta, que habilita un verosímil con distintos tonos y hasta subgéneros al interior de cada episodio, mediante la utilización de diálogos o construcción de los climas: comedia, drama, fantástico y hasta algo de horror. Asimismo, lejos de desentonar, los homenajes constantes a historietas y cómics clásicos son un aporte más a un todo interesante, que ha sabido resistir el paso del tiempo.
Con un registro de dibujo sucio, más emparentado con el arte desarrollado en Cándido que con la línea clara en la que se identifica por estos días, hay en la faz gráfica un logrado trabajo a la hora de construir el entorno urbano que transitan los relatos, para lo que Rovella se vale de una multiplicidad de recursos. Mucha trama mecánica, tintas sobrecargadas y un más que correcto trabajo de fondos, con sombreados y texturas. Lejos de la madura síntesis de estilo alcanzada en León Rey, por mencionar un trabajo reciente, pero con cuotas del enorme talento ya evidenciado en sus ilustraciones, que coexiste en estas páginas con notorias influencias de reconocidos artistas nacionales. Asimismo, encontramos una buena labor en lo que respecta al diseño de personajes. No es poco, para una obra concebida con apenas diecinueve años.
La edición es de una buena factura técnica y va acompañada de un precio acorde. Material ideal para completistas de la obra de Rovella, que tampoco excluye a quienes simplemente, quieran disfrutar de un buen policial.
