Julio César de Ricardo Ferrari y Eduardo Risso. Ví, publique, vencí

Publicada originalmente en la revista Nippur Magnum entre diciembre de 1986 y diciembre de 1987, “Julio César” nos cuenta, en quince capítulos, dieciséis años de la vida del político y militar romano, dónde vemos su ascenso y caída del poder, así como también su importancia histórica para el fin de la República romana y el inicio de la etapa imperial.

El guión de Ricardo Ferrari nos va llevando por momentos claves de la historia de César, mientras que a la par nos desarrolla a la persona detrás de los libros. Así vemos a un hombre seguro de sí mismo, cuidadoso y estratega, pero también frío, calculador, que ve a las demás personas como fichas de ajedrez en su objetivo por llegar a convertirse en el hombre más importante de Roma. Ferrari nos presenta a un hombre que podría caerte simpático, a tal punto de considerarlo el héroe de la historia que te cuenta, pero también un villano, un ser cruel y despiadado, que no disimula lo que realmente quiere y busca.

Promoción original en revista Nippur Magnum.

Los demás personajes de la historia están elegidos  por su importancia y/o relevancia en la vida del ambicioso militar, pero tienen su desarrollo propio también.  El guión sabe repartir bien el espacio dado a cada uno, y quiero centrarme en tres de ellos, quizás los más importantes: Vercingétorix, Cleopatra y Bruto.

El primero es el principal enemigo que César tiene en las Galias, y quizás su primer gran desafío. Sencillamente, el general galo, al ver que su gente no puede vencer golpe por golpe a los legionarios romanos, decide utilizar la táctica de tierra quemada (quizás de las primeras veces en ser empleada), lo cuál pone en peligro la victoria del poderoso cónsul.

La segunda es la principal aliada que César poseerá en Egipto. Pero que no será fácil mantener en el poder, ya que, el pueblo egipcio verá a su nueva reina como una vil marioneta en manos del invasor romano.

Por último está Bruto, el hombre que, a pesar de nunca simpatizar con César, sabrá ganarse la confianza del hombre que odia, lo suficiente como para que éste no sospeche las intenciones de su supuesto aliado: salvar a Roma. El penúltimo capítulo, dónde se narra su pasado, Ferrari se aprovecha de una teoría histórica (la cual no voy a contar para no arruinar la sorpresa), para hacer más interesante algo que ya sabemos desde el principio: será, para la historia, el asesino principal de César en los hechos ocurridos durante los denominados Idus de Marzo.

Sobre el dibujo, creo que no necesito presentar a Eduardo Risso, su notable trabajo, encaja perfecto con la historia del guionista, y se agradece el haberle eliminado el color realizado en las publicaciones originales de Columba, que le restaba muchísimo brillo a su trabajo. El trabajo de Eduardo es soberbio, y a pesar de que él mismo admite no saber si reflejo bien la arquitectura romana, son pequeños detalles frente a lo perfectamente trabajado que están las expresiones faciales de los personajes principales.

La edición de Puro Comic está muy bien cuidada, se destaca el trabajo realizado con el letreado, mejorándolo considerablemente, y lo ya dicho del color. Como extras, tenemos una introducción a la obra, a cargo de Ariel Avilez, y un posfacio, del Licenciado en Historia Juan Marcos Devoto Brunori, que cuenta la vida del protagonista de la historieta, contextualizando y ampliando lo que acabamos de leer, y lo que no.

Julio César entonces, más allá de ser un gran rescate de una gran obra de la historieta argentina, es un hermoso comic, con un cuidadoso tratamiento de una figura histórica, y una edición acorde a tan semejante trabajo.