La sombra del murciélago: El Batman definitivo de Steve Englehart y Marshall Rogers

A mediados de los años 70, Marvel dominaba el mercado de comics en Estados Unidos, esto no quiere decir que DC estuviera vacío de contenido, Dennis O’Neil y Neal Adams ya habían sido multipremiados por Linterna Verde/Flecha Verde y por Batman, pero el gran público se volcaba a la época de oro de la denominada Casa  de Las Ideas. Tras la contratación de Jenette Kahn como editora en 1976 (una de las mejores ideas de DC en su historia) ésta empezó a seducir a gente de Marvel para pasarme a la competencia, casi lo logra con John Buscema, pero lo consiguió con uno de los mejores guionistas de la época,  Steve Englehart.

Las condiciones del guionista, que empieza  a trabajar en  la Liga de la Justicia, se redujeron a una sola petición, escribir durante un año a Batman, quien, gracias a la dupla O’Neil-Adams, había recuperado su concepción original de criatura de la noche.  Entre mayo de 1977 y abril de 1978, Englehart escribió un arco argumental en la serie Detective Comics en sus números 469 al 476, primero con Walt Simonson cómo dibujante, para después conformar la dupla definitiva con el magistral Marshall Rogers.  A pesar de no haberse conocido durante el proceso de creación, la dupla entró en la historia del encapotado como una de las mejores versiones jamás hechas, abriendo la posibilidad a la primera versión cinematográfica moderna del personaje a cargo de Tim Burton. Pero, ¿Es esta una etapa fundamental de Batman? ¿Envejeció bien en estos años?

El Argumento es simple, el jefe mafioso Ruperth Thorne (creado en esta etapa) usa su influencia política como  jefe municipal, para poner a Batman fuera de la ley, mientras, el playboy multimillonario inicia un romance con Silver S. Cloud, que lejos de ser un amorío más, se convierte en la posibilidad del enmascarado de abandonar su carrera contra el crimen. Enemigos clásicos como el Dr. Hugo Strange regresan, y la rivalidad entre el Guasón (Joker) y el encapotado empieza a construir lo que culminará Alan Moore diez años después  en La Broma Asesina (The Killing Joke)

Al abrir el análisis solo puedo decir que es obvia la recreación de Batman como fue concebido originalmente por  Bill Finger y Bob Kane, un personaje  oscuro, derivado de una gran influencia de la literatura pulp. Villanos como el  ya mencionado  Dr. Strange, o las apariciones del Pingüino y el  Guasón, creados en la primera época de Batman, no son casuales. La creación de Thorne,  producto de las reacciones estadounidenses al escándalo Watergate, y la recreación de la apariencia de Deadshot (si, también fue producto de aquí) son grandes novedades en la galería de grandes personajes del detective nocturno. De hecho, esta última faceta también está de vuelta, ya que,  los misterios que se van presentando,  terminan completándose en el último número de la etapa. En pocas palabras, el guion es una maravilla

El dibujo complementa muy bien la historia. Walt Simonson lo hace muy  bien, pero sin dudas Marshall Rogers es el complemento perfecto, con esas imágenes fantásticas, las edificaciones de ciudad Gótica (después de todo Rogers había estudiado dibujo arquitectónico)  la conformación de la zona baja,  pero noto también mucho de pop art en su estilo. Las sombras están manejadas a la perfección, gracias  a las tintas de Terry Austin, y el color, producto del mismo Rogers, es bien equilibrado.

¿Es este “el Batman definitivo”, como se dice? Es difícil llegar a esa conclusión teniendo en cuenta la cantidad de autores que el murciélago ha tenido a lo largo del tiempo. Lo que sí es seguro es que estamos ante una obra fundamental para cualquier fan de Batman y del comic estadounidense en general, es decir, un imprescindible.

A lo largo del tiempo, la editorial española Zinco trajo estas historias en varias publicaciones dispersas, donde yo las leí por primera vez, pero mi principal recomendación es el recopilatorio titulado “Extrañas Apariciones” que la editorial ECC publicó en 2017, y que viene con la obra completa, además de dos números extras con el origen del tercer Cara de Barro (Clayface)